Nadie nace aprendiendo a caminar y mucho menos, sabiendo cómo forjar. Por curiosidad o convicción pura, siempre resultará una habilidad útil. Ya sea por el método “forma de tulipán”, un “especial de sábado por la noche”, como “nariz de avión” o de la manera “tradicional”, fumar es el deleite de miles.
En las páginas de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle, escribe:
“Tengo que ponerme inmediatamente en acción. Es un problema de tres pipas, así que le ruego que no me dirija la palabra durante cincuenta minutos”. Y es que, odiado por muchos, pero amado por miles, el arte de fumar persiste ante el paso del tiempo. Si aún no sabes cómo forjar tus propios blunts, aquí te traemos algunos métodos que te sacarán del apuro.
¿Qué necesitas?
Elige la mezcla de tu preferencia, un papel para fumar y un grinder, o mejor conocido como moledor.
Ambos artefactos pueden hacer una diferencia. Una mezcla bien molida facilita la combustión y usar papel o blunt wraps de cáñamo, como el de Mag-X, hace que el calor se concentre y potencializa el efecto y sabor.
Y ahora, ¿cómo forjar?
Para cada cigarrillo se necesita medio gramo de la mezcla de tu elección. Para una mejor experiencia, moldea o crea un filtro para lograr una mejor estabilidad y menor desperdicio, de preferencia con un cartón delgado manejable.
Primero, es necesario hacer un pliegue y luego un cilindro. Además, se evitan posibles
quemaduras.
Empieza a colocar la mezcla por el filtro y esparce bien a lo largo de tu blunt wrap.
Comienza a enrollar con ambas manos y hacia la misma dirección. Para un mejor resultado, marcas como Mag-X traen popote de agave que te servirá como guía.
No olvides humedecer un lado del blunt wrap para mejor fijación. ¡Listo! ¡Disfruta!